sábado, 18 de abril de 2009

Mi vecina Panista


Reflexión que encontramos en RadioAmlo

No había persona en la cuadra que yo aborreciera más que la vecina de junto. Una mujer joven, muy guapa, que vivía con dos de sus hijos, uno de ellos de mi edad.
La mujer siempre nos trató con desdén y arrogacia. Mirandonos todo el tiempo por encima del hombro, nos hacía desprecios. Nos detestaba porque eramos la única familia que tenía a sus hijos en la escuela pública del lugar. Todas las demás familias tenian a sus hijos inscritos en las escuelas privadas de moda.El hijo de esta mujer era mi compañero en un equipo del futbol. El muchacho me odiaba por derecho, además de que envidiaba que yo era el capitán del equipo. En cierta ocasión participamos en un torneo de intercambio en el que jugadores de fuera venian a pasar un semanas con familias mexicanas.


Durante la reunión preparatoria previa al torneo, se le ocurrió a mi madre sugerir que una visita al Museo Nacional de Antropología e Historia era obligada. No acababa mi madre de hablar cuando casi nos tragan vivos. La famosa vecina de al lado dijo: "nosotros no queremos saber nada de indios ni nada que huela parecido"... Por casi unanimidad, se decidió que los visitantes tendrían que pasar tiempo en "Plaza Satelite", la primer plaza comercial neoliberal estilo gringo en el país, ubicada en el municipio de Naucalpan. Orale ...


Desde aquel día entendimos claramente la tremenda fuerza que tenía la avanzada ideológica norteamericana en nuestro país. Nadie hablaba enonces del neoliberalismo. Ese día nos quedamos sin torneo y sin equipo.


Algunos años más tarde, recuerdo claramente que estaba estudiando para un examen, cuando en la casa de al lado se oyeron gritos de desesperación. Sonó el timbre. Apareció la joven que ayudaba con el aseo pidiendo ayuda porque la famosa señora se estaba muriendo.
Mi madre y yo corrimos, maletín en mano y pálidos a ver que sucedía. Fue entonces que esos primeros años en la escuela de medicina de la UNAM (después de pasar por el Colegio de Ciencias y Humanidades de Naucalpan) valieron la pena. La revisé y después de hacer unas preguntas a su hija, identifiqué el problema de salud que la ponia en riesgo de un paro respiratorio o del corazón. Sin pensarlo demasiado (a sabiendas de que aún era estudiante de medicina), saque el medicamento apropiado y se lo inyecté intravenoso para estabilizarla. Cuando llegó la ambulancia, la saque cargada en brazos ya conciente. Unos días después, estaba de regreso en su casa.


Benditas escuelas públicas, digo yo ...
Para mi, los eventos de aquel dia fueron reveladores. Mi di cuenta de que a pesar de las tremendas diferencias de valores con nuestra vecina, esencialmente eramos iguales. Con las mismas vulnerabilidades humanas, expuestos a las mis condiciones adversas de la vida cotidiana, y a las emociones negativas que, generalmente, nos guian día con día: Ella nos odiaba y nosotros a ella.
Aunque nunca hablé con esta señora después de aquella tarde, se bien, por lo que me contó mi madre años después, que aquel acto de altruismo, la hizo cambiar por dentro, porque sintió el efecto que tiene el recibir ayuda desinteresada del que ella consideraba una persona despreciable. No se si dejó de ser proyanqui o no. Pero creo que comenzó a romper las cadenas que traia puestas en la conciencia, dijo mi mamá. Yo si rompí las cadenas que traía puestas.


¿Qué hacer?
Nuestro Presidente Legítimo nos ha convocado para que comenzemos a reclutar personas para que se integren a la resistencia civil pacífica. El objetivo es llegar a 15 millones para el 2010. La gran interrogante es: Que vamos a hacer todos nosotros que estamos rodeados de PANISTAS y PRIISTAS fundamentalistas?
No cabe duda que la tarea es difícil. No se puede saber si estas personas van a reaccionar positivamente o no. Pero mi sugerencia es que, estemos donde estemos, hay que decidirse a hacer, periódica y sistematicamente TRABAJO VOLUNTARIO PARA LA COMUNIDAD. Las acciones altruistas pueden dar una oportunidad a esas mentes cerradas. NO hay que tener expectativas. Pero hay que trabajar por los demás, porque este tipo de trabajo, representa exactamente lo opuesto a lo que el maléfico neoliberalismo ha inculcado durante muchos años en las mentes de muchos mexicanos.


Para finalizar, permítanme darles un ejemplo de que se puede hacer. Resulta que platicaba el otro día con una prima lejana. Me contaba afligida que a ella y a su esposo les ha ido muy mal económicamente, a pesar de que ambos son profesionales graduados con honores. Durante la plática salió el asunto del fraude electoral y me dijo: "Pues Calderón es lo mejor que le pudo pasar a México".


No supe si llorar o reir.... El chiste es que no le dije nada y después de un rato le comenté que había sembrado unos jitomates en el jardincito del la casa y había tenido mucho éxito. Le dije que si que quería, le enseñaba como hacerlo. Así fue.
Unos meses depués me habló por telefono. Me dijo que ella también había tenido mucho éxito con su siembra y le había enseñado a las vecinas de la cuadra a hacerlo. Como los jardines de la colonia en donde ella vive no tiene bardas, todos los vecinos quedaron en que van a sembrar diferentes productos y se los van a repartir entre todos.


Lo importante es que se rompa la primera cadena ... la debacle inevitable de un sistema individualista fallido romperá el resto.

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